Día de trabajo, una nueva colega (Julia)

El Instituto abria las clases dentro de muy pocos días, y lo peor de todo, era que muchos de los anteriores profesores se tuvieron que ir, dejando cargo libres en casi todas las asignaturas.

Estaba sentado en mi escritorio, que estaba en el medio del despacho. Recién termina unas entrevista para unos cargos, y lo único que habia logrado era contratar a una Profesora para Materialización, cosa que entes veía imposible.

Abri con mi varita la puerta del mi despacho, sin moverme de mi lugar. Todavía quedaban entrevista por hacer.
-El siguiente, por favor -Dije en vos pasiva y simpatica

Aquella era mi última oportunidad para encontrar un poco de tranquilidad en mi agitada vida. Solo tenía 22 años y aún así había vivido demasiadas cosas, y casi todas malas. Aconsejada por una de las pocas amigas que me quedaban, decidí pedir un puesto como profesora de Defensa contra las Artes Oscuras, una asignatura en la que realmente destacaba y que me había sacado de más de un serio apuro.

Llevaba en las manos mi curriculum. Siempre había sido una persona brillante en los estudios, pero aún así estaba un poco nerviosa. El instituto era una verdadera institución que no aceptaba a cualquiera como profesor.

Abrieron la puerta del despacho y me levanté lentamente de la silla. Tragué saliva y entré con decisión en la sala.

-Buenos días director. Mi nombre es Julia Northman

Levante la mirada, vi que era una chica muy joven. Prefería a personas con experiencia, pero todavía no podía juzgar nada sin conocerla mejor, no por que fuera joven, seria una inexperta.
-Siéntese por favor -Le dije mientras le hacia seña de que se sentara en la silla al frente de mi escritorio.
-¿A que asignatura se postula Señorita?- Pregunte interesado

-Gracias-murmuré, mientras tomaba asiento.

Por su expresión pude averiguar que quizás no me veía con el aspecto de profesor. Eso era normal...

-Quisiera impartir las clases de Defensa contra las Artes Oscuras, señor.

Antes de que pudiese decirme nada le tendí mi curriculum.

-Como pude comprobar cuento con buenas referencias y recomendaciones.

Comencé a leer el curriculum. Me sorprendió notar que había impartido clases en mas de tres colegio de magia. Ademas, realizo mas de tres cursos de Defensa y Manejo de la Magia Prohibida. Y no solo eso, también se había egresado con creces en esta asignatura cuando se recibió.
Levante nuevamente la mirada, esta ves, en mi mirada había sombro y contemple.
-Veo que es una excelente bruja. Dígame, ¿Por que le gusta esta rema de la magia? ¡Por que la apasiona tanto?-Pregunte

Medité con cuidado mis palabras.

-Bueno, lo cierto es que considero que esta asignatura es una de las más importantes de todas. Saber defenderse de un ataque puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte y creo que es vital que los chicos sepan moverse con desenvoltura en una materia así.

Aguardé unos segundos antes de seguir hablando.

-La verdad es que saber Defensa me ha salvado la vida muchas veces. Es por eso que quiero impartirla. Creo que sería una buena profesora.

Me detuve a pensar un instante. Hasta ahora, no lo podia negar, era la mejor postulante de todos los que habia entrevistado.
-¿Que me puedes contar de ti?¿Tus experiencias?¿Lo que te llevo a amar esta practica?- Volvi a preguntar

Carraspeé, un poco nerviosa. No era habitual en mi contar cosas sobre mi vida.

-No hay mucho que contar, señor. Mi vida no ha sido facil y quizás por ello he desarrollado mucho la Defensa. Mis padres fallecieron cuando yo era pequeña y he tenido que aprender a sobrevivir. Me he centrado en mi preparación y en mis estudios.

Bajé la mirada.

-Poco más puedo contarle.

La mire detenidamente.
-Bueno, creo que si ya no hay mucho que decir, no tiene sentido seguir la entrevista- Me levante seriamente y le tire la mano para estrecharla.
-Bienvenida al Instituto Liddell, Profesora- Le dije con una sonrisa

Escuché en silencio sus palabras y esbocé una sincera sonrisa cuando me llamó profesora. Parecía que por fin mi vida se iba encauzando poco a poco.

-Muchas gracias, señor. No se arrepentirá.

Le estreché la mano y abandoné el despacho. Las cosas me salían bien.