Galeones y Varitas

Estábamos en la vereda del callejón, detrás de nosotros estaba la puerta que nos había acercado hasta allí.
Mire a Alice y dije:- Bienvenida al Callejón Ronmandihe - Mientras miraba a una tienda que estaba en la vereda del frente. La tienda tenia un letrero enorme que decía Varitas Hollydun.

- Varitas Hollydun -leí el cartel de la tienda que me señalaba mi director y corrí hacia el escaparate.

A mitad de camino me di cuenta de que un carruaje iba veloz hacia mi, o más bien yo iba veloz hacia él, me quedé helada, acababa de atravesar la pared de la tienda, cerré los ojos y noté cierta humedad rodeándome el cuerpo.
Cuando los abrí de nuevo estaba parada en medio de la calzada, con los puños apretados y los brazos cruzados sobre mi rostro y no había ni rastro del carruaje.

Apenas podía respirar, nunca me había asustado tanto.

Reí, ya me hacia una idea lo que Alice estaba sintiendo en su primera ves en que la atraviesa un fantasma.
Me encamine hacia donde ella estaba, paradita y quietita, Alice aun no se movia de donde estaba.
-Veo que ya comienzas a vivir nuevas sensaciones- Dije con una sonrisa y le volvia a tomas de la mano.

- ¿Que era eso? -le pregunté sin poder dar ni un paso de donde me encontraba parada, o recibía una respuesta o yo no me movía de allí, y era una decisión irrevocable.

Notaba como tiraba de mi brazo, pero si no recibía la respuesta a saber qué podía encontrarme dentro de aquella tienda aparte de varitas.

Me di vuelta y volvi a Alice. Deje de tirarle de la mano, y como siempre hago, me agache hasta la altura de ella.
-Eso solo era un fantasma Alice, no hacen nada mas que dar vueltas y andar por todos lados -Le dije con la intención de tranquilizarla.

La respuesta me gustó menos de lo que esperaba.

- ¿Un fantasma? -lo miré directamente a los ojos, solté su mano y me giré para comenzar a chillar tan fuerte como me dejaban mis pulmones- ¡Un fantasma me acaba de atravesar y estaba frío!

Estaba bastante enfadada y los cristales del escaparate estallaron sin remedio, y como siempre pasaba aunque cayeron cerca de nosotros todos aquellos trocitos que querían llegar hasta mi se convirtieron en arena, era como si un escudo invisible me protegiera a mi y a quien estaba a mi lado.

Tas tomar el brazo de Memoki, el alumno que acababa de recoger en el orfanato nos aparecimos justo en frente de la tienda más prestigiosa de todo el callejón mágico.

- Esta tienda te adentrará en el mundo de la magia con varita -le dije mirando la escena que había ante mis ojos.

Una niña de no más de nueve años, gritando a todo pulmón y haciendo rebentar los cristales del escaparate, el dueño con las manos en la cabeza y señalando a mi hermano que estaba arrodillado junto a ella.
Me llevé la mano a la boca para ahogar la carcajada y negué con la cabeza muy divertida.
Pero algo me hizo detenerme, todos los pedazos de cristales marcaban un círculo perfecto alrededor de la niña y mi hermano.

- Memoki, te presento a Ephrain Mc.Doucklas, mi hermano mellizo y director del Instituto Liddell -le susurré al chico que miraba la escena algo sorprendido.

escuche su explicacion atentamente asi? me puede esperar un poco dije mareado y con el cabello revuelto y me fui serca de un basurero para vomitar, me limpie con un paño y volvi con Sophie.

vi a una chica muy asustada gritando a todo pulmon y camine junto a Sophie, ella me precento a su hermano el cual dijo que era el director del instituto mucho gusto dije cordealmente y luego mire a Sophie algo extrañado que tu no eras la directora Sophie-san? le pregunte confundido

- Sí, yo soy la directora y él es el director, yo soy la simpática y él es el astuto, somos mellizos y sino fuera por él yo no estaría aquí -le revolví el pelo y me acerqué a la niña- ¿No habías visto antes un fantasma?

No podía dejar de mirar la forma en la que habían rodeado los cristales a ambos y se lo señalé a Ephrain, una simple mirada, no hizo falta nada más. Mi escudo causaba el mismo efecto, pero yo lo había desarrollado después de salir del Instituto, esa niña ni siquiera había sido seleccionada aún para ninguna casa.

Segui la mirada de mi hermana.
-Parece que al final Sophi no eres la unica fenomeno que he conocido- Dije burlom, pero luego me concentre nuevamente en Alice, me acerque a su oido y le dije.
- Si prometes no hacer mas escándalos, te compro un helado. - Siempre servia eso, el año pasado me toco buscar una alumna que se puso a patalear en el medio del callejos, asi que ya estaba curado de espanto.
- Un gusto joven- Salude después al alumno que venia con mi Hermana

- Perdona Ephrain, pero el fenómeno paranormal aquí eres tú -le dije marcando el aire de superioridad necesario para arrancar una carcajada a cualquiera que me conociera, en esos momentos hubiera saltado sobre él y lo hubiera vapuleado, pero no era lo que debía hacer delante de dos alumnos del Instituto, cuando llegásemos al corazón de Liddell se lo explicaría, aunque luego se tirase un mes con las costillas adoloridas de tanto reír, porque en mi mente estaba tuviese una guerra de cosquillas sin reglas y a lo muggle.

Esperé la contestación de Memoki y la de Alice, así era como la había llamado Ephrain mentalmente.

- Lo siento no había visto aún ningún fantasma -me disculpé ante el estropicio que acababa de hacer, pero es que cuando me asustaba me enfadaba conmigo misma y las cosas estallaban alrededor- Intentaré controlarme, lo prometo.

Agaché la cabeza bastante arrepentida, sobretodo después de escuchar el comentario de mi director hacia la señora que acababa de llegar con un chico alto, un chico que siempre estaba recibiendo broncas en el Orfanato y el cuál me caía muy bien, pero con el que casi no había hablado porque no nos dejaban hablar a las chicas con los chicos, de hecho estábamos separados en pabellones.

- No porque me compre un helado, aunque no me disgustaría en absoluto, pero ¿Donde voy a llevar todo lo que compremos hoy? Porque la carta venía acompañada de una lista de libros -dije sacando la carta de mi bolsillo.

Ella había dicho que eran mellizos, yo tenía entendido que los mellizos no se parecían en nada, y ellos dos tenían rasgos parecidos, rubios, altos y de ojos claros.

- Hola Meki -saludé al chico del Orfanato, un día me dijo que podía llamarlo así y que cuando fuera más mayor me llevaría a sus conciertos, de hecho me cantaba una canción cuando volvía de gira con su amigo Yoshiki. La canción vino en seguida a mi mente.

extreche la mano del director y le di una pequeca carga electrica los cual iso que le soltora de inmediato la mano lo siento... dije bajando la cara, aun no puedo usar mi magia correctamente y con tan solo tocar a alguien puede morir quemado, congelado o electrocutado. es una de las razones por lo cual me aisle de la gente y me volvi cerrado.

mire a la chica que me acababa de saludar y me di cuenta que la habia visto en el orfanato antes, es una buena chica y una vez le dije que cuando fuera mayor la llevaria a uno de los conciertos hola la salude sonriendole ha pasado mucho tiempo le dije con la misma sonrisa y levante mi mano a la altura de mi cabeza para moverla de tal forma para saludarla.

Me di cuenta que el chico era un Elhemago, osea, un magos capas de controlar los elementos de la naturaleza.
-No te preocupes joven, no ha sido la primera ves que un rayo me toca -Dije simpaticamente

- Ni creo que sea la última -susurré de manera divertida.

Me acerqué a la chica y la miré directamente a los ojos.

- Soy Sophie Mc.Doucklas, un placer conocerte, ¿Te llamas? -tomé suavemente su barbilla para poder verle los ojos- Tranquila, no debes de temer nada, eso que mi hermano llamó fenómeno en sí es un don, creas un campo de fuerza alrededor tuya incapaz de ser penetrado por objetos mundanos, otra cosa distinta son las maldiciones, pero no te preocupes, trabajaremos en ello y serás capaz de controlarlo cuando tú quieras hacerlo.

si no hubiera soltado su mano... no estaria hablando en este momento... dije en voz baja al igual que mi rostro, mi mirada se perdio entre mis chasquillas, debo controlar esto rapido sino... nunca podre tocara una persona sin dañarla, meti mis manos en mis bolsillos y saque unos guantes y me los coloque para no ser un riesgo.

- Me llamo Alice -le contesté a Sophie- Y he recibido la carta del Instituto Liddell, venía a comprar la varita con Ephrain pero de la tienda salió un carruaje fantasma que me arrolló, sólo noté la humedad a mi alrededor, nunca había visto ningún fantasma, me asusté, por eso gritaba. Ephrain, ¿Eso significa que soy cobarde?

Respire ondo y respondi.
-No, ser cobarde es no enfretarse a lo que es real, a no admitir los errores de la vida y las injusticias que uno padece en ella. Ti reconociste que te dio miedo, asi que eres mas valiente que cualquiera de nosotros cuatro presentes. -Le dije paternalmente

Le sonreí e hinché el pecho de aire con orgullo.

- Soy valiente -dije despacito, intentando creerme sus propias palabras, porque era algo difícil cuando toda tu vida te habían dicho que siendo el mounstruo que eras no ibas a conseguir nada en la vida, tanto algunos niños del orfanato como los mismos profesores.

de pronto senti algo de frio y bueno mucho para mi y comence a frotar mis manos para ver si las podia calentar de pronto iso algo de frio jejeje dije riendo despacion y comence a soplar mis manos lanzando pequeñas bolas de fuego para calentarlas un poco, que me esta pasando? sere el unico que siente ese frio? hum?

Me giré hacia Memoki y sonreí.
Señalé un punto al final de la calle para que Ephrain me viera, pero no alertara a los chicos.

- Será mejor que entreís en la tienda de varitas, ¡Ya! -no había sitio para la discusión.

Tomé del hombro a Meki y lo llevé hasta la puerta, esperando que Ephrain hiciera lo mismo con Alice, no pensaba poner a mis estudiantes en peligro, y menos como una criatura como aquella, aunque a su edad ya fueran capaces de defenderse, aquello no era un pequeño dementor, ni siquiera recordaba el nombre que le había dado Ephrain cuando lo estudiábamos juntos en los jardines del colegio, para los exámenes de licenciatura.

senti que Sophie me empujaba hacia la puerta y senti algo de preocupacion en ella hm? pasa algo? pregunte algo extrañado por su actitud, bueno tal vez vio un fantasma o algo pero... no debe de ser la gran cosa ¿no? tal vez sea mejor hacerle caso

Vi como mi hermana y el alumno entraban a la tienda de varitas. Me di vuelta, aun a las mimas alturas que Alice y le pregunte.
-¿Vamos, o quieres quedarte aca aun?-Le pregunte aun paternalmente

- ¡Alice, entra en la tienda! -mi hermano era demasiado blando con algunos alumnos, y el tiempo apremiaba.

Dejé a Memoki dentro de la tienda de varitas y tomé a la niña de un hombro para llevarla hacia el interior, me daba igual como se lo tomase, si aquella criatura la cogía la desgarraría en mil pedazos sin ningún remordimiento.

Noté la mano de la directora tras escuchar la pregunta de Ephrain, con tensión sobre mi hombro.
Miré en dirección al callejón y la sangre se me heló.
Tenía pensado entrar en la tienda de varitas, ya se me había pasado el susto del fantasma y era agradable la compañía, pero esa manera tan ruda de tratarme no me agradó en absoluto.
Cogí de la mano a Ephrain, para que no me dejase sola con Alice.

- Iba a entrar ya -dije quejándome y tirando de la mano de Ephrain.